CASA HACIENDA FAGUA


El 30 de agosto queremos compartir con ustedes un lugar muy especial para nosotros.

La Hacienda Fagua, ubicada en Cajicá, Cundinamarca, se encuentra en tierras ancestrales del pueblo muisca, habitantes originarios de la Sabana de Bogotá. Este territorio ha sido hogar de saberes milenarios, de relaciones sagradas con el agua, la tierra, las montañas y de una profunda conexión con los ritmos de la naturaleza.

Antes de la llegada de los españoles, Cajicá —cuyo nombre en muysccubun (la lengua de los muiscas) significa “fortaleza de piedra”— fue un punto clave entre los territorios del zipa de Bacatá y otros cacicazgos aliados. Los muiscas, con su compleja organización ceremonial y agrícola, cultivaban maíz, papa y quinua, y tejían su vida en armonía con los ciclos de la luna y los cerros tutelares.

En este lugar cargado de historia se levanta la Hacienda Fagua, una casa colonial con más de 400 años de existencia. Los primeros registros de la hacienda datan de 1585, y su nombre, “Fagua”, también en muysccubun, significa “estrella” o “guía”.

En 1942, el doctor Jorge Enrique Cavelier —bisabuelo de Enrique— compró la hacienda con la idea de convertirla en una finca lechera, fundando a su alrededor la planta de Alquería. Convencido de que una botella de leche era una botella de salud, empezó el sueño de nutrir a los hogares de Colombia. Hoy en día, la empresa Alquería recibe más de 900.000 litros de leche en sus cinco plantas provenientes de distintas regiones del país, que se procesan y distribuyen como leche pasteurizada en todos los rincones de Colombia.

En 1986, Enrique Cavelier Gaviria —abuelo de Enrique— restaura la casa colonial con cariño y la transformó en un espacio para celebraciones. De la mano de su prima Beatriz Rodríguez, y con el apoyo de cientos de colaboradores que han trabajado con amor durante años, la Hacienda Fagua se ha convertido en una de las casas antiguas mejor preservadas de la Sabana de Bogotá.

Los jardines que hoy rodean la casa fueron creados por mi abuelo, un apasionado de las flores de Colombia y del mundo. Su legado lo compartimos con ustedes el día de nuestro matrimonio, celebrando este momento entre árboles, aromas y colores que hablan de naturaleza y belleza. En 1996, se construyó la Capilla Santa Margarita, diseñada por el arquitecto Mauricio Samper, donde mis abuelos guardan con amor su colección de arte religioso colonial.

Desde entonces, Fagua ha sido testigo de almuerzos familiares, novenas, bautizos, grados, encuentros políticos y, por supuesto, matrimonios. Ha sido, y sigue siendo, un lugar de encuentros y memorias entrañables para la familia Cavelier.

Para nosotros, es una alegría inmensa abrirles las puertas de este lugar lleno de historia, raíces, amor, y celebrarlo con ustedes.

ENRIQUE Y STEFAN


30  DE AGOSTO 2025